COMUNICADO
DEL ARZOBISPADO DE BUENOS AIRES A RAIZ DE UN PROYECTO PARA INDUCIR EL PARTO EN
CASOS DE ANENCEFALIA
“La Legislatura de
la Ciudad de Buenos Aires convertiría en ley el proyecto que permitiría
adelantar el parto a bebés que nacerían con enfermedades incurables. Se trata
del proyecto aprobado por la Comisión de Salud y de la Mujer, referente a fetos
con anencefalia y patologías incompatibles con la
vida.
Bajo el concepto
de “embarazos incompatibles con la vida”, el proyecto califica a la persona por
nacer como “feto inviable” si “padece una patología incompatible con la vida
cuando presenta gravísimas malformaciones, irreversibles e incurables, que
producirán su muerte intra-útero o a las pocas horas de nacer” (art. 2°). Cuando
el médico diagnostique que el feto es “inviable” tendrá la obligación de
informar en 72 horas a la madre y ofrecerle “la posibilidad de continuar o
interrumpir el embarazo” (art. 4°).
Cuando estos bebés
nacen y se independizan de su madre no pueden cumplir con sus funciones vitales
y mueren (a lo sumo pueden vivir unos pocos días). La vida placentera se acota a
los nueve meses de gestación. Adelantar en tres meses o en tres días el parto de
un anencefálico significa adelantar en tres meses o en tres días su muerte. En
ambos casos es moralmente ilícito y no hay modo de salvar esta circunstancia
estirando los plazos.
El bebé es un ser
humano como cualquier otro
El bebé
anencefálico es un bebé enfermo pero no por eso deja de ser un ser humano ya que
es fruto de una fecundación humana, con forma humana, que desde el momento de la
fecundación ha sido teleológicamente dirigido con un principio vital propio. No
debe haber, por lo tanto, dudas sobre el hecho que nos encontramos de frente a
un individuo de la especie humana, que tiene que ser respetado como persona,
como sucede con cualquier otro embrión. El triste hecho de su gravísima
patología, no le quita dignidad ni lo convierte en despreciable, por el
contrario lo transforma en un ser humano sumamente frágil, pequeño y débil,
sujeto de un cuidado y protección especial, acorde a su patología y diagnóstico
infausto y en el espíritu de no discriminación (en este caso debido a su
enfermedad). Esto también se aplica
a todo embrión humano con cualquier patología incompatible con la
vida.
El primer paciente
es el bebé
El primer paciente
es el ser humano que sufre la anencefalia o la patología gravísima incompatible
con la vida, ciertamente diagnosticada.
Los segundos pacientes son: la madre, en primer lugar y el padre junto
ella (cuando es conocido y acompaña a la madre).
¿Que hay que hacer
entonces?
En primer lugar
tanto la madre como el padre de este hijo tan gravemente enfermo, deben recibir
especial cuidado y atención ya que sufren un golpe psicológico, emocional y
afectivo muy fuerte, que exigirá una ardua tarea y esfuerzo para superar el
dolor profundo, los sentimientos encontrados y las sensaciones que causa
conocer, aceptar y asumir una realidad tan diferente a la soñada y deseada en el
momento de engendrar esta nueva vida.
En segundo lugar no se debe
adelantar el parto, porque se sabe que eso implicaría adelantar la muerte y
nadie tiene derecho de quitar la vida a otra persona y menos de alguien que no
tiene posibilidad de defenderse”.
Bs.As. 10 de junio de 2003